Tiempo de lectura: < 1 min. ⏳

Dios nos da nuestros talentos para poder servirlo. Nos “habilita” para formar parte de su plan. No son “nuestros” en el sentido de que vengan de nosotros, que nos los hayamos dado nosotros mismos… son tuyos en el sentido de que Dios los pensó para ti, para que los entregues de regreso al proyecto de Dios.

Dios nos habilita para amar, nos habilita para entregarnos, para servir, para poder hacer algo, para co-reinar con Cristo en su reino.

Como todo lo que se ha pervertido (abriendo un abismo entre Dios y nosotros) se puede pervertir este orden y utilizar lo que somos para servirnos, vanagloriarnos, incluso para ir en contra del plan de nuestro Padre.

Es el riesgo que toma Dios con nosotros, pobres y pequeños…, nos da de su Ser para que seamos más, podamos más, aun sabiendo que podemos usarlo para ponernos en contra de sus planes, sea de manera directa y frontal o desperdiciándolos. Es el riesgo del amor.

Pero lo más importante es nunca olvidar esto, para que destruyamos toda vanidad, toda soberbia, y entendamos que todo lo que somos, Dios nos lo dona… para amar, para ser como Él, para poder, para servir, porqué no hay peor desesperación de la impotencia del que ama, tú no eres impotente, Dios te ha habilitado para amar hasta el final con todos los dones que te ha compartido.