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Haré muchas de las cosas que odias porque mi amor es imperfecto, renegare de tus mandamientos porque mi fe es pequeña.

Olvidaré todo lo que has hecho por mi, porque mi esperanza es tibia, dudaré de nuestra historia juntos porque mi corazón está endurecido.

Pero Dios mío quiero que sepas que eres lo que más amo, lo que más espero, lo que más quiero desear.

Que no importa todo eso que hago mal, que nunca me abandones, no porque tu no seas fiel a tus promesas, a tu alianza, sino porque yo soy infiel y rompo mis promesas.

Por eso necesito que seas fuerte por los dos, necesito que me sigas necesitando aún en la abundancia de pecado, porque no me quedaré ahí, vendre destrozado si me dejas, a decirte que quiero otra oportunidad de volver a ser fiel, de volver a tener fe, de volver a intentar amar como me has enseñado.

Que mi vida en la tormenta de la vida, entre gracia y pecado, entre fe y duda, sea siempre junto a ti, a veces dormido a veces despierto, a veces me ignoras, a veces me llamas, a veces te veo, a veces no se donde estás… pero que siempre pueda desearte, llamarte y naveguemos juntos.

No quiero poder, no quiero dinero, no quiero reconocimiento, no quiero infierno, ni cielo, ni miedo, ni alegria mundana, quiero navegar junto a ti, que mi destino sea una vida junto a ti, que mi muerte sea una muerte junto a ti, que sin ti no soy, no puedo, no quiero, no existo… prefiero no existir ni haber existido sino puedo llamarte y sonreirte y que tu me llames por mi nombre y me quieras como amigo, como siervo, como lo que sea pero que seamos siempre juntos, siempre.