Tiempo de lectura: 4 min. ⏳

En un artículo reciente (La Misa Tridentina se nos va ¿es una tragedia?), escribía el que deberíamos preguntarnos ¿por qué Dios nos quita la Misa Tridentina?…

Quizá y solo quizá sea por esto:

¿Qué pensamientos hay dentro de algunos en la Iglesia Católica(IC)?

  • Qué el Papa Francisco no debería ser Papa, sea porque aunque sea un legítimo sucesor de Pedro, está destruyendo a la Iglesia, sea porque su papado al contrario, es ilegítimo y hay una sede vacante, es decir no hay Papa.
  • Qué el Papa Benedicto XVI aunque mejor Papa que Francisco, cometió actos repudiables como rezar en el muro de los lamentos y celebrar eventos interreligiosos… y así con todos los Papas posteriores al Concilio Vaticano II (CVII).
  • Qué el CVII es un desastre, sea porque es ilegítimo sea porque aunque legítimo este llevó a la “crisis” que hoy vivimos en la Iglesia.
  • Qué los “pérfidos” Judíos merecen verse de arriba hacia abajo siendo ellos culpables intelectuales de la muerte de Cristo, y debemos repetir eternamente el castigo a Jerusalén en el año 70 d.C., siendo esta actitud ante ellos parte de nuestra identidad Católica.
  • Qué nadie, absolutamente nadie podrá salvarse jamás si no se declara a sí mismo Católico.
  • Qué la Iglesia no debe acercarse al mundo, sino que debemos resguardarnos y esperar que el mundo entre o se condene.
  • Qué la cruzadas son aún un modelo válido de entender nuestra fe, y debemos iniciar pronto una contra el mundo Musulmán.
  • Qué el Cristianismo es lo mismo que la Cristiandad, es decir, que la Iglesia Católica es más ella misma cuando se yergue como poder no sólo religioso sino como poder político.

Y un largo etcétera de similares pensamientos que bullen todos los días entre Católicos que se auto-denominan o son denominados vagamente como “tradicionalistas”.

Creo que la palabra está mal empleada porque la Tradición es lo contrario al cuidado de cadáveres, es más bien el dinamismo de la Palabra que penetra y se reflexiona de manera histórica por la Iglesia en su conjunto, encontrando cada vez más verdad en la Verdad. La Tradición no es un museo de formas, es la vida de la Iglesia de cara a las exigencias de Dios a través de su historia.

Más que “tradicionalistas” podríamos llamarlo como lo que son: neo-fariseos.

  • Si el Papa Francisco es Papa es porque Dios así lo dispone, o Dios gobierna o no gobierna. O Cristo es la cabeza o no lo es. No podemos rezar el Credo todos los días y al mismo tiempo creer que hay un Papa que Dios no quiera ahí o que Dios no nos hable a través de esa cabeza visible. Dios no hace su voluntad solo por los santos, sino que también la hace a través de pecadores.
  • La “crisis” de la Iglesia no viene de ningún CVII, la crisis de la Iglesia es que YA NO ESCUCHAMOS la Palabra que se nos dirige. En África, las Iglesias están llenas… Iglesias de 2,500 personas en Misas de 7 am, donde la gente no solo va a celebrar la liturgia, van a arriesgar su vida porque los atentados terroristas son cosa de todos los días. Liturgia que NO es en latín… Misas de más de 2 horas donde la gente adora con todo lo que tiene, con su propia vida.
  • La violencia contra los Judíos es resultado de que los neo-fariseos no entienden qué la Iglesia es eterna, pero también histórica y que su auto-comprensión está imbuida en el tiempo. Sí en algún momento hubo una rivalidad temporal entre Judíos y Cristianos, esas diferencias quedan recapituladas en el cuerpo y la sangre de Cristo, Judío, no de cualquier raza, cumplidor de las promesas hechas a los Hebreos no a cualquier pueblo, para llevar a su culmen la historia de salvación que fue prometida primero a Israel, no a cualquier otra nación. Gracias a los Judíos que amaron a Cristo y conformaron los primeros apóstoles nosotros no somos paganos. El mismo San Pablo ya en la primera generación Cristiana entendió muy bien esto.
  • Fuera de la Iglesia no hay salvación porque aquí Dios depositó todos los medios salvíficos que Él mismo dispuso en Cristo, pero eso no significa que quién no se declare Católico será condenado de manera irremediable. Está muy lejano el proclamar la necesidad de la Iglesia Católica como fuente de salvación y otra que sea la afiliación explícita a la misma el único camino por el cual Dios nos salva a cada uno de nosotros… Solo Dios en su soberanía absoluta sabe cómo aplicar la salvación de Cristo a través de la Iglesia a aquellos que están lejos físicamente de ella. La Iglesia es absolutamente para Dios, pero Dios no es absolutamente para su Iglesia… Dios es absolutamente para TODOS, porque en nuestra temporalidad no podemos asumir la totalidad del camino de alguien, solo Dios conoce su nacimiento y su final. La IC debe ser luz y llamamiento, madre y maestra y dejar a Dios ser Dios y salvador.
  • Por eso mismo, Cristo, en estos tiempos, ha llamado a su Iglesia a través del Papa Francisco a salir a las periferias, a llamar de nuevo a todos, a ser luz de las naciones no solo desde nuestros púlpitos sino desde nuestras vidas concretas, desde nuestro acercamiento a aquel que NECESITA la Palabra de Dios en sus oídos y las manos compasivas de Dios en sus heridas.
  • No es momentos de Cruzadas, no es momento de la Cristiandad, no es momento de una Iglesia poderosa temporalmente, ni tampoco es tiempo de una Iglesia encerrada en sí misma, temerosa de que sus seguridades, sus cálculos para salvarse a sí misma tiemblen, movidos por la propia mano derecha que los salva, la de Dios.

Por eso vemos a un Papa Francisco declarando tajantemente la invalidez de las bendiciones a parejas homosexuales pero por otro lado, con celo pastoral, tratándolos de manera cercana y buscando que los que hacen esa labor de acercamiento la sigan haciendo. Por eso vemos esa compasión hacia los divorciados que se volvieron a casar, porque el Papa no está pensando en los miles de matrimonios fracasados por el egoísmo, sino en la verdad concreta de alguien que cometió un error histórico y hoy, 20 años después, tiene una familia completamente Católica, donde sería una aberración pedirle dejarla para que pueda recibir la comunión con Cristo… Francisco va a lo concreto, a los rostros concretos de las personas alejadas, no a las teorías de un manual de moral. ¿Cómo sanamos desde la Iglesia a los que durante tantos años han sido heridos e ignorados? ¿Cómo los sanamos desde la verdad pero sin dejarlos a un lado?

¿Por qué Dios nos quita de la mano del Papa Francisco la Misa Tridentina? Para decirle a su Iglesia que ya basta de adorarlo en las formas pero no con la vida. De llamarlo “Señor” cuando el único señor de mi vida soy yo mismo y mis criterios, arropados de una supuesta sacralidad en una perversión del entendimiento de lo que es la Tradición y el Magisterio.

Claro que hay personas verdaderamente Católicas afectadas, que desean de corazón vivir su fe a través de la liturgia en latín, pero a ellos también Dios les está diciendo que quizá deberían comenzar a adorarlo de otra manera, más cercana y más íntima, más real y verdadera, con la vida entera, con su oído cerca de su boca y su boca cerca de su oído.