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ESTA DE MODA AUSCHWITZ, TODOS HABLAN DE EL, UNOS PIDEN PERDÓN, OTROS PIDEN VENGANZA, OTROS PIDEN REFLEXIÓN, OTROS GRITAN ATEÍSMO.

Dicen: “¿Dónde estaba su dios bueno y todopoderoso en Auschwitz?”

Yo digo y pregunto: “Ahí estaba”… ¿Qué esperabas que hiciera?”

De verdad ¿qué esperabas que hiciera?… ¿que detuviera a los Nazis?, ¿que les diera a los prisioneros alas? quizá que milagrosamente se quedaran dormidos los soldados y generales mientras todos los prisioneros escapan.

Me sorprende (incluso entre los Católicos) que pidan respuesta al silencio de Dios en Auschwitz, no porque no haya sido una tragedia, sino porque ¿a Dios le debería importar más el Holocausto, que la tortura de un bebé no nacido? ¿que la dolorosa crucifixión de sus apóstoles? ¿que el niño que sufre indecibles dolores en su cama de hospital? ¿que la decapitación de Juan el Bautista? ¿que los miles de ahogados en el Tsunami de 2004? ¿qué los miles de niños sacrificados a los dioses de la antigüedad? ¿que los Cristianos destrozados por los Leones en Roma? ¿que la tortura de las miles de personas esclavizadas y vendidas hoy en día?… ¿Dios será acaso como nosotros, que juzgamos el dolor si es masivo en vez de verlo en su absoluta realidad en cada persona concreta?

Igual que el sufrimiento es algo concreto, algo que Dios ve con toda claridad en cada una de las personas… de la misma manera es la respuesta a ese sufrimiento, una respuesta concreta de cada persona… desde el que escribe en su celda “Dios tendrá que rogar mi perdón” hasta el Santo Maximiliano Kolbe que entrega su vida por un condenado a morir.

Si Dios hubiera detenido Auschwitz, tendría que responder el porqué no detuvo todo el sufrimiento de cada bebe, niño, persona en toda la existencia de la humanidad. La respuesta no esta ahí, esa no es la pregunta.

—CJBS