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Sandra Sabattini, (Riccione, 19 de agosto de 1961 – Bolonia, 2 de mayo de 1984) Estudiante de Medicina, beatificada el 24 de Octubre del 2021.

Introducción

“Nos hemos roto los huesos, pero son personas a las que nunca abandonaré”: Sandra Sabattini tenía sólo 13 años cuando le contó a su madre, con estas palabras, la experiencia de servicio a los discapacitados en la Comunidad Papa Juan XXIII. El cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, citó estas mismas palabras, al presidir el 24 de Octubre, en Rimini, la misa de beatificación de esta joven, que murió con sólo 22 años, atropellada por un coche que circulaba a gran velocidad. 

“Amar es soportar el sufrimiento de los demás”, añadió el cardenal en su homilía de la misa, que estuvo repleta de gente, especialmente de jóvenes y también de algunos amigos de la beata. El cardenal también destacó que el “deseo de servir a los pobres” de la nueva beata, no era mera caridad, sino fruto del amor ilimitado de Dios, en cuyo mar “sin fondo y sin orillas” Sandra “sumergió su corazón”.

La beata Sabattini “acogía a los necesitados sin juzgarlos porque quería comunicarles el amor del Señor”. En este sentido, explica el cardenal, su caridad fue “creativa y concreta”, porque “amar a alguien es sentir qué es lo que necesita y acompañarlo en su dolor”.

En una oración escrita por Sandra el 7 de septiembre de 1982, dos años antes de su muerte leemos: “Señor, haz que cada acción mía esté determinada por el hecho de querer el bien de los jóvenes, cada minuto es una ocasión de amor que hay que aprovechar”.

Mons. Lambiasi nos dice de ella: “Todo lo que necesitaba nuestra querida Sandra era la textura de una vida ordinaria, tejida con una fe viva, sostenida por una oración intensa y generalizada. Una vida gastada en el feliz y fiel cumplimiento de su deber, punteada por pequeños gestos de amor llevado al extremo, en una apasionada amistad con el Cristo pobre y servidor, en un generoso e incansable servicio en favor de los pobres. Una vez que ella conoció a Jesús personalmente, ya no pudo evitar amarlo, centrarse en Él, vivir para Él, en la Iglesia”

Datos Biográficos

Sandra Sabattini nació el 19 de agosto de 1961 en el hospital de Riccione. Vivió con su familia, profundamente Católica, en Misano Adriatico: sus padres, Giuseppe y Agnese Bonini y su hermano Raffaele. La niña tenía 4 años de edad  cuando su familia se mudó a la casa parroquial de la Parroquia de San Jerónimo en Rimini, cuyo párroco era su tío José, hermano de la mamá.

El 24 de enero de 1972, a los 10 años, Sandra comenzó a escribir un diario: “La vida que se vive sin Dios es un pasatiempo, aburrido o divertido, con el cual jugar esperando la muerte”. A los 12 años, conoció al Padre Oreste Benzi, fundador de la Comunidad Papa Juan XXIII, que se dedicaba a atender a los “últimos” de la sociedad.

En el verano de 1974 participó en un programa de verano para adolescentes en la casa Madonna delle Vette en Canazei (Trento) para personas con discapacidad, volvió a casa con un pensamiento claro: “Nos hemos roto los huesos, pero esa es gente a la que nunca abandonaré”.

Su vida de Oración

Sandra comienza un verdadero camino de ascesis, ahondando dentro de sí para eliminar defectos y limitaciones. «Señor, siento que me estás ayudando a acercarme a Ti; me das la fuerza para dar un paso adelante. Quisiera aceptarte, pero antes tengo que derrotarme a mí misma, mi orgullo, mis mentiras. No soy humilde y no quiero reconocerlo, me dejo condicionar terriblemente por los demás, tengo miedo de lo que pueden pensar de mí. Soy incoherente, realmente quiero revolucionar el mundo, pero después me dejo dominar por él. Dios ¿me puedes aceptar así como soy, llena de limitaciones, temores, esperanzas?»

Inició la universidad para estudiar medicina pero dentro de ella estaba el deseo de formar parte de las misiones médicas en África para trabajar junto a los pobres y enfermos. Los fines de semana y en las vacaciones de verano de 1982 y 1983 atendía a drogadictos en los centros de rehabilitación de la asociación. ​​Lo chicos en tratamiento se sienten amados por ella de un amor puro y desinteresado y de a poco descubren el sentido de sus vidas. 

El amor de Sandra hacia el Señor se reflejaba en todos aquellos que entraban en contacto con ella: su persona emanaba la alegría y el entusiasmo que llevan a Jesús. Le gustaba vivir en el silencio su relación con Dios, así que se levantaba temprano en la mañana, permanecía en meditación en la oscuridad, en la iglesia, ante el Santísimo Sacramento. También en la noche, no importando la hora en que regresaba, pasaba una hora en oración frente a Jesús. Le gustaba orar y meditar siempre sentada en el suelo, como un signo de humildad y pobreza. «La verdad es que tenemos que aprender en la fe la espera de Dios, y esto no es un pequeño esfuerzo como actitud del alma. Esta espera, esta falta de elaboración de los planes, este mirar el cielo, este silencio es lo más interesante que nos toca. Después vendrá también el momento de la llamada, pero seremos ciegos si en esa ocasión vamos a pensar que somos los protagonistas de aquellos asombros: la maravilla en todo caso es que Dios se sirve de nosotros tan miserables y pobres. La caridad es la síntesis de la contemplación y la acción, es el punto de sutura entre el cielo y la tierra, entre el hombre y Dios».

A los 20 años en un evento de Carnaval conoció a Guido Rossi, quien luego sería su prometido. Los dos comenzaron a salir y más tarde se comprometieron para casarse, aunque ambos decidieron liderar un matrimonio casto. Ambos compartían el ideal de convertirse en misioneros en África después de la boda, sin embargo su padre, que conocía los sueños de la pareja, le recomendó a su hija que se tomara las cosas con calma en lugar de apresurarse y que culminara sus estudios primero

Fallecimiento

A finales de abril de 1984, la asociación se preparó para su reunión en Igea Marina, cerca de Rimini. El 29 de abril a las 9:30 a. m. llegó allí en automóvil junto a su prometido y su amigo Elio.4​ Justo cuando salía del auto, tanto ella como Elio fueron atropellados por un auto que pasaba, dejándola en un coma del que nunca se recuperó. Menos de una semana después, el 2 de mayo, Sabattini murió a causa de sus heridas en el Hospital Bellaria de Bolonia. Su funeral se celebró el 5 de mayo en la iglesia de San Girolamo en Rimini y fue enterrada fuera de la iglesia de San Andrea de Misano Adriatico.

Milagro

El 19 de julio de 2007 Stefano Vitali, cuando entonces tenía 41 años, fue curado milagrosamente de una metástasis bajo la intercesión de Sandra. Toda su historia la relató en el libro “Vivo por milagro. Así Sandra Sabattini me ha curado”, publicado en italiano.

En diversas ocasiones, Vitali ha dado su testimonio de curación. En una transmisión televisiva, indicó que la sanación “no fue solo física, sino sobre todo espiritual” y añadió que Sandra le mostró “el camino a seguir para alcanzar la serenidad y realizar mi vocación”.

“Y si lo hizo conmigo, que soy una persona testaruda, ¡con más razón podrá hacerlo con los muchos que la conocerán en el futuro!”, indicó.

Celebrando llenos de alegría en comunión con toda la Iglesia la beatificación de Sandra Sabattini, pidamos al Señor que nos enseñe a ser santos, pues como Sandra dijo: “hoy hay una inflación de buenos cristianos, mientras que el mundo necesita santos”.

Extractos de su diario

“No hay nada en este mundo que sea tuyo. Sandra, ¡date cuenta! Todo es un regalo en el que el “Dador” puede intervenir cuando y como quiera. Cuida el regalo que se te ha dado, hazlo más bonito y pleno para cuando llegue el momento “.

“Gracias, Señor, porque he recibido cosas hermosas de la vida hasta ahora, lo tengo todo, pero sobre todo te agradezco porque te revelaste a mí, porque te conocí”

“Si no hago una hora de oración al día, ni siquiera recuerdo haber sido cristiano”.

“No soy yo quien busca a Dios, sino Dios quien me busca a mí. No hace falta que busque quién sabe qué argumentos para acercarme a Dios. Las palabras tarde o temprano terminan y luego te das cuenta de que todo lo que queda es contemplación, adoración, esperar a que Él te haga entender lo que quiere de ti. Siento la contemplación necesaria para mi encuentro con Cristo pobre ”

“Hay un intento de hacer que el hombre corra en vano, de engatusarlo con falsas libertades, falsos fines en nombre del bienestar. Y el hombre está tan atrapado en un torbellino de cosas que se vuelve contra sí mismo. No es la revolución la que conduce a la verdad, sino la verdad la que conduce a la revolución ”.

“Decir: sí, Señor, elijo a los más pobres, ahora es demasiado fácil, si entonces todo queda como antes. No, ahora digo: solo te elijo a ti”.

“Sandra, ama todo lo que haces. Ama al máximo los minutos que vives, que se te permiten vivir. Intenta sentir la alegría del momento presente, sea lo que sea, para no perderte nunca la coincidencia.”

“No piedo forzar a otros a pensar como yo, incluso si pienso es es lo correcto. Solo puedo dejarles ver mi gozo”

“Señor, ayudame a confiar en ti y todo será posible”

“Gracias Señor, por este mundo, por esta vida, por esta gente, por esta alegria, por esta nueva primavera que se levanta y me ve aún viva”

“Nunca antes me había encontrado sin orar lo suficiente. La meta de mi vida es la unión con el Señor, el instrumento para lograrlo es la oración ”.

“Señor, te doy gracias porque me amas, porque estás conmigo. Es una alegría incomparable a ninguna otra que siento en mí. Tú, Señor, no eres una ilusión, Tu paz no es falsa, Tu amor es eterno, Tu vida es verdadera. Si tu Espíritu está conmigo, no puedo tener miedo “