La sexualidad no me espanta, es a ti, incontrolable y sentimentalista a quién le provoca pavor.
Yo no desprecio el cuerpo, al contrario eres tú quién trata todo como un pedazo de carne, como un conjunto de órganos que son utilizados para descargar tus instintos, como la taza del baño es a los desechos, eso son para ti las personas que circulan por tus sabanas, las que son mercancía que consumes en tu computadora, la pornografía.
Crees que has alcanzado la madurez y la inteligencia porque haces lo que quieres, pero realmente no haces lo que quieres, haces lo que el instinto te dicta, eres un esclavo y un adicto y destruyes vidas en tu estupidez. No solo le temes a la verdadera sexualidad, tu voluntad está ya mutilada.
¿Si no eres dueño de ti mismo, como pues puedes entregarte? ¿Y si te entregas a todos y todas como puedes realmente amar? Eres solamente una mercancía para ellas (ellos) y ellas (ellos) para ti.
La sexualidad es algo grande, es parte de lo que eres, y al rebajarla te rebajas a ti mismo, pierdes tu dignidad y te conviertes en menos que un animal.
Crees que tienes todo bajo control, pero hace mucho que eres el único que cree eso, encerrado en tu celda personal de perversión y soledad, mientras pudiste haber amado, amado de verdad, hasta que tu cuerpo no pudiera contenerse y estallara en una entrega total, que da vida, que entrega eternidad… la verdadera sexualidad.
—CJBS
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