¿Si lo más importante es anunciar que Dios ha hablado, ha visitado al hombre que ha creado, y que ha proclamado el sentido de su existencia, por qué debería estar haciendo otra cosa que no sea dedicar mi vida entera a realizar esto?
Porque los misioneros tienen que comer, porque si en un mundo utópico nos hubiéramos dedicado solamente a realizar eso, nadie hubiera construido barcos para ir a realizar esa misma tarea a otros continentes, porque el anuncio de Dios no viene a reemplazar el ser humano, no viene a aniquilar el espíritu creador que es en nosotros a su imagen y semejanza, no viene a borrar con el dedo nuestra humanísima humanidad que es, vive y necesita comer, pensar, jugar, dialogar, moverse con toda naturalidad en lo que le es propio… la historia de salvación es una disrupción histórica de Dios ante la realidad del pecado y el mal en el mundo, acerca de una realidad que es consecuencia y no definición de la realidad que somos, no aniquila lo que somos, ni el pecado ni la salvación… son las realidades más importantes de nuestro caminar histórico y sin embargo no destruyen las realidades que nos hacen ser lo que somos, imagen y semejanza de Aquel que todo lo creo.
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