Le tengo pavor a la muerte, terror indómito, no puedo dormir, el sudor corriendo por mi frente, la ansiedad… y es que no quiero verte aún, no no quiero verte aún, quiero irte descubriendo lentamente, quiero creer que te encontraré en la traducción de la versión griega de esa palabra que leí el otro día en Juan, quiero sentir ese “temor numinoso” cuando veo la grandeza de esa montaña indomable, quiero creer que te descubrí y gritar “¡ya te tengo!” para luego darme cuenta que era un espejismo, no había llegado aun al oasis.
Los días pasan y corren y me angustio ¿alcanzaré a hacer por ti todo lo que puedo hacer? ¿podré aportar a la comunidad, a mis hermanos, a mi Iglesia todo lo que puedo aportar? ¿podré escribir todo lo que quiero escribir? ¿pensar todo lo que puedo pensar? ¿perderme en la reflexión infinita de tu grandeza y de la oscuridad de mi alma que no alcanza a abarcar ni una sola respuesta acerca de ti?
Le tengo pavor a la muerte, terror indómito, no puedo dormir, el sudor corriendo por mi frente, la ansiedad… y es que no quiero verte aún, no no quiero verte aún, quiero irte descubriendo lentamente, en la mirada del que no tiene esperanza y puedo abrazar, en la sonrisa del que no tiene nada y me muestra a amar.
No me permitas jamás poseerte que no lo podría soportar, déjame sí eternamente buscarte y jamás encontrarte completamente, siempre pidiendo más. Que la mía sea una búsqueda constante por el que va siendo el que es y jamás se puede atrapar, déjame perderme en tu palabra y en tu misterio, en tu grandeza y en tu silencio… el atronador silencio de la tormenta que explota cuando te atreves a callar.
Permíteme vivir muchos años para poderte seguir buscando, y así no arrepentirme una eternidad de la oportunidad perdida de jugar en mi vida a que te encuentro y tú a esconderte así no más… para luego encontrarte de frente, cegadora belleza e indómita incomprensibilidad, para luego volver a perderte sin jamás poderte volver a encontrar de la misma manera, siempre nuevo eres, eras y serás.
Le tengo pavor a la muerte, terror indómito, no puedo dormir, el sudor corriendo por mi frente, la ansiedad… y es que no quiero verte aún, no no quiero verte aún, quiero irte descubriendo lentamente y jamás abarcarte, jamás terminarte de encontrar, siempre serás eterno, siempre serás el Otro que serás descubierto todos los días para jamás terminar, ese es mi cielo, ese es mi paraíso, Señor ¿me lo concederás?
—CJBS
Comentarios recientes