Hace algunos días me integraron en un grupo de protestantes y católicos. Un grupo creado para el «diálogo». Me decidí a leerlo para ver si había encontrado un grupo diferente a los 1,000 que ya había leído y donde lo último que existía era el diálogo verdadero… no fue sorpresa que me encontrará más de lo mismo, así que decidí dejar el siguiente mensaje que deja claro lo que pienso de la apologética Católica y protestante para enfrentarse entre si mismas.
Estos grupos no sirven de nada. Son los mismos argumentos una y otra vez repetidos durante años y años. No sirven porque no existe la escucha. El único objetivo que se tiene es convencer al otro.
Si se escuchara, los protestantes sabrían que los Católicos no adoramos imágenes (no somos tan idiotas) y deberían saber que el mandato de YHVH no es acerca de crear o no imágenes (que Él mismo mando a crear) sino de la idolatría. Pero también si se escuchara, los Católicos deberíamos aceptar que hay mucha ignorancia y efectivamente hay gente que adora a la Virgen o a X Santo, y no saben ni lo que creen.
El problema con los protestantes y otras denominaciones Cristianas es que no tiene sentido lo que sostienen:
1. El protestantismo nace de la reforma iniciada por Lutero. No es la Iglesia de los orígenes. Si estudiamos a Lutero sabremos que hay muchas cosas oscuras en su vida e intenciones y que aunque algunos de sus reclamos a la Iglesia eran y son importantes, el cisma no era la solución. El problema es que desde esa ruptura se vino una religión Cristiana “a la medida” donde cada quién le iba agregando lo que quería (muchas cosas que actualmente sostienen los protestantes no eran sostenidas por el mismo Lutero)
2. La Sola Scriptura: El problema de ella es que la escritura nace primero del Pueblo de Israel y luego de la Iglesia Católica. No es un libro caído del cielo sino que entre todos los “evangelios”, cartas y documentos que circularon los primeros siglos, la Iglesia Católica selecciono aquellos que reflejaban su fe, nuestra fe. La Iglesia no nace de la Biblia, la Biblia nace de la Iglesia Católica.
Existen también incoherencias dentro la sola scriptura. Muchas de las cuestiones más trascendentales de nuestra fe se definieron en los Concilios, verdades que no vienen con claridad en “La Biblia”. Algunos protestantes dicen que respetan estos Concilios y no puede ser de otra forma ya que mucha de la Cristología y Teología Dogmática no vienen de manera explícita en la Biblia, sino que son resultado de la fe puesta a la luz del Espíritu Santo que guía a la Iglesia Católica y que devino en las declaraciones más importantes de la fe Cristiana. Sostener la sola scriptura y adoptar algunas definiciones de los Concilios es contradictorio.
Está también el hecho que la sola scriptura nace de un concepto falso de la Biblia:
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia” (2Tm 3,16)
¿Pero cuál escritura? Cuando se escribió esto no existía aún la Biblia.
La Biblia no puede auto-validarse ya que es una colección de libros y en ella misma no hay un índice canónico. Alguien tuvo que recopilar estos textos, agruparlos, darles forma y sancionarlos como canónicos, como verdaderas expresiones de la fe viva de la Iglesia. Y esto no lo hizo Dios directamente, sino que lo hizo la fe de la Iglesia Católica, a la cuál Dios prometió su Espíritu para guiarla al descubrimiento cada vez mas pleno de la verdad.
Lo que hizo el protestantismo es abrir el canon siglos después para acomodarlo a su medida. Lutero decidió sus 5 solas y en base a esta fe armó todo a su alrededor. Puede argumentar que su fe es “bíblica” pero la cruda verdad es que fue su interpretación de la Biblia con la que armó su fe. La sola scriptura queda destrozada por el mismo proceso con la que fue creada.
Los protestantes son gente inteligente y de fe. El problema es que aunque esto que digo les hará sentido, les causa un gran ruido algunas de las expresiones de fe de la Iglesia Católica y esto hace que descarten cualquier razonamiento que los acerque a dicha Iglesia. Algunos de los reclamos de Lutero son necesarios (aún hoy) dentro de la Iglesia, y son reclamos que hechos por Santos y Obispos durante muchos siglos. Pero Lutero dejó que lo personal tomara preeminencia sobre la verdad y decidió crear un cisma, cuando debió haber seguido su lucha dentro de la Iglesia, no creando su propia religión, que desacredita por completo la promesa más grande que hizo nuestro Señor: “yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”
Dios no prometió construir la Iglesia sobre un libro (que no existía cuando Jesús caminaba sobre estos polvorientos caminos) prometió el Espíritu Santo sobre sus apóstoles, sobre sus discípulos y sobre su Iglesia… y si Dios valida que su Palabra está en la Biblia o mejor dicho en el conjunto de escritos de dos pueblos (Israel y el Nuevo Israel) es porque le da su Espíritu al Nuevo Israel para escribir, reescribir, corregir, agregar, quitar, seleccionar y enseñar a través de lo que hoy llamamos Biblia, que quedó fijada por la Iglesia Católica en el tiempo que el Espíritu seleccionó.
3. La interpretación literal de muchas denominaciones es también problemática, por no decir insostenible ¿Si la Biblia es el dictado de Dios, cuál de todas las Biblias lo es? ¿La griega? ¿La latina? ¿La que viene del texto masorético? ¿La traducción Reina Valera, la Nácar-Colunga o será otra?
Si la Biblia es el dictado de Dios y es la única fuente de comunicación de Él hacia el hombre, Dios debió haber cuidado dictarla en distintos idiomas… porque cada traducción es ya una interpretación, y no tenemos los originales de todos los libros, lo que tenemos es el resultado de todo un proceso de escritura y añadiduras, recopilaciones y ajustes que se hicieron durante los años previos al año 100 después de Cristo en los libros del NT y durante siglos por los Judios para los libros del AT.
Además debió haberse asegurado de que hubieran muchos originales ya que actualmente existen pasajes importantes que están en algunas copias y en otras no (Coma Joánica). Hubiera sido también inteligente dejar un índice canónico desde el inicio: Estos son los libros que contienen toda la revelación y que no se agreguen ni quiten o sea anatema. Pero Dios no se preocupó de nada de eso.
Muchos protestantes o de otras denominaciones podrán haber saltado ya en este punto argumentando que sí hay que interpretar la Biblia pero a través de los distintos géneros literarios, utilizar la hermenéutica, etc… pero es abrir la puerta a la interpretación ¿y quién guarda la decisión definitiva de como interpretar éste o aquel pasaje? Al abrir la puerta a la interpretación creamos un sinfín de problemas, bueno, problemas para quién intenta usar la misma escritura para interpretarse, que la hacen absurda en sí misma porque ya no es solo la escritura sino que ahora hay una interpretación, y de ahí pueden salir sacramentos, purgatorio y un montón de cosas que el protestante no tolera escuchar.
No hay dos posibles verdades, o la Biblia es el dictado de Dios y proviene directamente de Él o la Biblia es la recopilación por escrito de una fe, sujeta a todas las tensiones y procesos humanos que conllevan el acto de escribir, sin olvidar claro, que lo puesto ahí es lo que Dios quería, que lo puesto ahí era palabra para salvación de los hombres. Pero si la primera es verdad, entonces el dios que la creó es bastante torpe, sin dejar un índice canónico, sin dictarlo en distintos idiomas, sin tomarse la molestia de advertir a su pueblo que guardara mejor los «escritos originales» para que no se perdiera su palabra…
La fe precede a la Biblia, y esa fe nace de la irrupción de Dios en la vida de Abraham, Isaac, Jacob y todos los profetas del pueblo de Israel. Es la fe en la pasión, la muerte y la resurrección de YHVH hecho carne. Esa es la fe de los apóstoles y de su Iglesia Católica. Son esos apóstoles y esa Iglesia los que pusieron por escrito esa fe de distintas maneras, con correcciones, agregados y todo lo que sirviera catequéticamente para gritar a los 4 puntos cardinales: Jesús es Kyrios, es el Señor.
Cuando Jesús da poder a la Iglesia no se lo da para que no pecara, para que se abstrajera del mundo y nunca se equivocara, Cristo nunca dio una fe hecha, acabada, segmentada, digerida y estipulada… la fe es tener fe en Él, creer que él es el Señor, que él venció a la muerte y que él resucitó… y está en la Iglesia la tarea inabarcable y permanente de interpretar y vivir esa fe a la luz de los tiempos, a la luz de lo que le sopla el Espíritu, siempre con la libertad de desplegarla en el mundo en distintas estructuras y expresiones, tanteando a veces vacilando y cayendo pero siempre, siempre, siempre con la certeza que Jesucristo prometió velar por su Iglesia. Iglesia que desde los apóstoles y desde las primeras generaciones ha estado plagada de pecado, traición, errores, miedo, mentiras, corrupción… pero la protección que Jesús promete no es crear un resto separado de la realidad de lo que es el mundo. La promesa es que dentro de esa cizaña, a pesar de ella y aún en medio de ella, la Iglesia y Pedro, gracias al Espíritu que sopla dentro de ella, nunca perderán la verdad de quién Cristo en quién se sustentan, en quién la Iglesia entera se arrodilla y proclama como Señor.
Siempre me ha parecido inconcebible como a pesar de tanto pecado y tanto error mundano la Iglesia jamás ha errado en saber quién es Jesucristo, han pasado innumerables herejías y concilios, pero siempre, siempre, siempre, la verdad de Jesucristo ha brillado como el sol aun ante la corrupción de la época. Ese es más allá de toda duda un signo de que esa Iglesia originaria, esa Iglesia que eligió los libros que decían Quién es Jesucristo, que decían su fe, que peleó hasta la muerte contra las herejías, que proclamo con voz fuerte en los concilios… esa es la Iglesia que Dios ama, la Iglesia Católica, pecadora y prostituta, pero de ella saldrán inmaculadas las almas de los que Dios ha elegido.
¿Y los Santos, y la Virgen, y la Eucaristía, y las imágenes? ¡Que importa eso! Si eso te aleja de la Iglesia eres como aquellos que se alejaron de Jesucristo porque hablaba en un lenguaje muy duro… “¿También ustedes quieren dejarme?”
¿Qué no entiendes todo eso? ¡Bien! Ya reconoces la grandeza de un Dios que te supera, nos supera. Ahora tienes toda una vida para entender todo lo que Jesucristo ha dejado en su Iglesia para nuestra santificación.
Pero tú amas a Cristo y Cristo te ama a ti, no me creas a mi que soy un hombre, créele a Él, ten el valor de rezarle todos los días y preguntarle ¿Señor, realmente me quieres aquí o tengo que ir a otro lado?
En vez de estar perdiendo el tiempo poniendo memes y argumentando con ideas débiles a un interlocutor que le interesa no escuchar sino que sea su turno para repetir lo mismo que se a dicho durante años, en vez de eso, despertemos a la realidad que el enemigo no quiere que veamos: que el mundo tiene hambre de Dios, el mundo está sediento de Dios… Jesucristo nos pidió una sola cosa realmente, (fueron más de una pero quizá esta engloba todas) que le habláramos de Él a los que más lo necesitan, que ¡prendiéramos fuego al mundo! El fuego de su amor, que el mundo entienda que Dios no compite contra el hombre, que Dios no es un obstáculo para la realización del hombre, que Dios ES la realización del hombre, que Cristo es Dios caminando entre nosotros, que Dios los ama, que Dios está con ellos.
No pierdas más el tiempo en estúpidas conversaciones apologéticas, ve y anuncia a los que más lo necesitan que Dios ha vencido al mundo, que Cristo está vivo, que Cristo los llama, que Cristo es y será siempre nuestro Señor… de todos, no solo de la única Iglesia Católica ni de los protestantes o luteranos, etc. sino de la creación entera… Tenemos el terrible y aterrador privilegio de ser pastores que corren por los caminos anunciando que en el centro del sentido absoluto de la existencia, late un corazón que se ha entregado eternamente por cada uno de nosotros y que de cada uno de nosotros espera un ¡SI! quiero amarte como tú me amas, amar a los demás como tú me amas, ser hombre como Dios es hombre para de una vez por todas seamos todos como tú, eternamente entregados en la dinámica trinitaria del amor que nunca acaba.
—CJBS
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