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I LOS SUPER HOMBRES
Los científicos son personas que tienen una profesión, con sus propias reglas, lenguaje, metodología y límites. Su disciplina trata de observar y describir el mundo natural. De sus observaciones surgen elementos prácticos para el hombre, que van desde generar químicos que destapan los baños hasta foto-celdas que generan electricidad a partir de la luz solar.

No son diferentes del abogado, el médico, el contador, el bombero, el teólogo o el maestro. Cada uno se aplica en una disciplina particular lo mejor que sus capacidades le permiten.

¿Por qué entonces parece que en el mundo actual los “científicos” fueran una especie de super-hombres que tienen el secreto de la vida?
Porque hay una corriente de pensamiento popular que ve al mundo natural como lo único que existe. El problema es que ésta es una idea filosófica que le da un valor absoluto al materialismo, materialismo que a su vez niega el valor de la filosofía (es un absurdo). Es más una cuestión de mito popular que ve en el científico un super hombre, una especie de sacerdote del materialismo. Un mito que deforma a los hombres de ciencia y no respeta realmente los alcances y límites de su profesión.

Existen cientificos cristianos, ateos, agnósticos, etc., su relación con Dios no interfiere con su ciencia, solo con la visión que aflora de sus observaciones. El creyente verá en el resultado de sus experimentos la obra de un Dios creador, pero el ateo se limitará a describir lo que ve. Su fe o ateismo son previos a entrar a un laboratorio.

Cuando el sacerdote y astrofísico belga Georges Lemaître descubre el origen del universo y acuña la teoria que más tarde se conocería famosamente como Big Bang, no corrio a gritar que había encontrado la prueba de la existencia de Dios, ¿por qué? porque su fe en Dios viene de la revelación que Dios mismo hace de sí en Jesucristo. Es cierto que el hombre siempre ha podido inducir, observando la creación, su propia consciencia, sus propios deseos… que existe un creador. Pero la fe-razón de porque Lemaître cree en una creación y no una “eternidad de la materia”, es porque es algo que le fue revelado. Que el astrofísico descubra que su fe y la ciencia coinciden no es para nada sorprendente, ya que si Dios existe, todo lo creado y lo revelado contienen una misma verdad.

Lo que genera su nuevo descubrimiento (el Big Bang) en su fe, es iluminar con matemáticas lo que ya sostenia por fe. La evidencia inductiva se acumula para el físico y otros hombres de ciencia; hay mucho en la manera en como la creación existe y funciona que apuntan a una causa inteligente y ordenada. Más adelante hablaremos entre la diferencia de inducción y deducción, pero lo más importante es recordar esto: Para un científico cristiano que esta descubriendo cosas increibles en la manera en como funciona el universo, lo que está haciendo es explorar y develar la creación de Dios. Para el científico ateo lo que descubre es algo que no sabe que es, ni como llego a ser, ni tiene el lenguaje o el conocimiento de entender el transfondo filosófico de todo lo que encuentra, él solo se limita a observar y describir, su ciencia no se ilumina por el rico lenguaje, tradición y razonamiento teólogico de los grandes pensadores cristianos.

II EL VERDADERO AMOR A LA CIENCIA

El científico y quién ama la ciencia deben amarla completamente, desde su espíritu hasta su técnica. Y es precisamente el espíritu científico el que defiende la prudencia en la emisión de juicios; humildad de reconocer sus límites; espíritu crítico; mentalidad analítica y antidogmática que lleva a una apertura y un dialogo con otras disciplinas del saber humano.

Es precisamente el materialista ateo quién acríticamente pretende sostener su ideología y presupuestos filosóficos usando ciencia popular y de divulgación.

Los científicos son profesionistas, cómo lo son los abogados, maestros, teólogos, exegetas, historiadores, fontaneros, etc. Existen personas brillantes en cada ámbito profesional con convicciones cristianas o ateas o agnósticas. Es una conclusión errónea pensar que las creencias de un científico tienen relevancia para el diálogo entre fe y ciencia. Y si queremos usar ese presupuesto existe también un argumento a favor entonces del cristianismo, ya que muchas de las grandes luminarias en la ciencia han sido cristianos.

Críticamente hablando, si el 95% de los médicos no creen en la fidelidad, no significa que eso afecte mi convicción acerca de ese valor. Si el 80% de los matemáticos creen que el asesinato es correcto, no lo hace verdadero. Esto es porque están hablando de algo que está fuera del alcance de su área profesional, y no solo eso, aún dentro de su propia área profesional existen ideas antes tenidas por ciertas, superadas años o siglos después.

El materialista ateo que quiere usar a los “científicos” como carta que valida sus propias convicciones filosóficas debe tener la ética intelectual de no usarlos para sus propios fines, sino realmente entrar en el dialogo de ciencia/fe de manera abierta y sin preconcepciones.
Quiero cerrar con las palabras de Lemaitre en una entrevista ofrecida al NewYork Times: “Yo me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión”

Georges Lemaître y Albert Einstein, durante algunos años discutieron sus teorías. Al principio Einstein aunque admiraba las de Lemaître, no le gustaban porque hacian eco en la idea de un creador. Al final no pudo sino aceptarlas como brillantes y ciertas.

III QUOTES PREMIOS NOBEL
Yo creo que existe más de lo que podemos ver, sentir, etc. o descubrir con los instrumentos de la ciencia. Está es una sensación corroborada por muchos detalles de mi experiencia personal.
Peter Grünberg
Nobel de Física

¿Por qué creo en Dios? Como físico, me fijo en la naturaleza desde una perspectiva particular, veo un universo ordenado y hermoso en el que casi todos los fenómenos físicos se pueden entender a partir de unas simples ecuaciones matemáticas. Veo un universo que que, si se hubiera construido algo diferente, nunca habría dado a la luz a las estrellas ni a los planetas, y mucho menos las bacterias y las personas. Y no hay ninguna buena razón científica de por qué el universo no debió haber sido diferente. Muchos buenos científicos han llegado a la conclusión a partir de estas observaciones que un Dios inteligente debió haber optado por crear el universo con tanta belleza, simple, y con propiedades para generar vida. Muchos otros científicos igualmente buenos, sin embargo, son ateos. Ambas conclsiones son las posiciones de la fe.
William D. Philips
Nobel de Física

Si contamos las galaxias del universo o demostramos la existencia de las partículas elementales, en modo análogo probablemente no podemos tener pruebas de la existencia de Dios. Pero, como investigador, estoy profundamente conmovido por el orden y la belleza que encuentro en el cosmos, así como al interno de las cosas materiales. Y como observador de la naturaleza, no puedo evitar pensar que existe un orden superior. La idea de que todo esto es el resultado de la fortuna o de la pura diversidad estadística para mi es completamente inaceptable.
Carlo Rubbia
Nobel de Física

Me parece que al encontrarse uno frente a frente con las maravillas de la vida y del universo, debe preguntarse por qué y no simplemente como. Las únicas respuestas posibles son de orden religioso… tanto en el universo como en mi propia vida tengo necesidad de Dios.
Arthur L. Schawlow
Nobel de Física

La astronomía nos lleva a un evento único, un universo que ha sido creado de la nada, con un delicado equilibrio para ofrecer las condiciones exactas para el surgimiento de la vida. En ausencia de un incidente absurdamente improbable, las observaciones de la ciencia moderna parecen sugerir una dimensión sobrenatural.
Arno Allan Penzias
Nobel de la Física

El primer trago de la copa de las ciencias naturales te volverá ateo; pero en el fondo de esa copa te espera Dios.
Werner Karl Heisenberg
Nobel de Física