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Te entiendo, entiendo los miles de problemas que tienes de admitir una Causa Inteligente a todo lo creado. De verdad te entiendo, pero sé que no te esfuerzas por pensar de nuevo. Olvida todo lo que sabes o crees saber, todo lo que has leído (aquello que has buscado y que inconscientemente ha intentado soportar lo que ya premeditadamente quieres creer).

Empecemos de la nada absoluta donde no había materia, la nada, la nada, lo absoluto de la nada. Sí… no había nada, o dicen que si había, materia increíblemente densa, una singularidad que “explotó” o mejor dicho se expandió a velocidades impresionantes para luego desacelerar y comenzar a acomodarse en galaxias y planetas.

Es claro y obvio que todo esto se puede explicar, no existe nada irracional e inexplicable en el universo y lo que no se puede explicar hoy se explicará mañana. Pero la explicación no es más que la descripción de un fenómeno circunscrito a alguna ley descubierta en el universo. Y explicándolo no me dice más, no me lleva ni anula lo que experimento hoy como hombre.

Porque la ciencia se limita a describir lo que pasa, y eso no nos basta, es un lenguaje y un pensamiento limitado a los fenómenos, no nos explica ni nos permite explicar ni conversar, ni pensar las causas, las experiencias humanas, las interrogantes, las conexiones que vivimos como humanos. La ciencia diseca fenómenos aislados, no comprende la experiencia en su totalidad.

No es una realidad inferior o débil admitir, necesitar y buscar un lenguaje más amplio que me permita pensar, conversar y reflexionar todo aquello que es humano y que como humano experimento… Limitarse a conversar desde un solo lenguaje es como pedirnos solo ladrar en vez de dialogar.

Ya tendremos tiempo para pasar de la nada a ti. De la nada o la singularidad o el polvo de estrellas a un ser que puede voltear a preguntarse por la nada, la singularidad o el polvo de estrellas. A ti, que te preguntas, que te rebelas, que anhelas, que piensas, discutes y deseas no creer y a veces deseas creer.

No te pido más. Solo que pienses en esa nada, en la nada absoluta, no en la nada visible, también en la nada invisible, en la nada, sin materia negra, sin radiación, sin fluctuaciones cuánticas, sin absolutamente ningún elemento, átomo, onda o fenómeno, imagínala, piérdete en ella, cierra los ojos y visita como espectador esa nada, siéntate en un lugar cósmico privilegiado a mirarla….