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A veces veo que hay una gran suposición oculta en la mente de los cristianos y los ateos cuando se trata de temas científicos y acerca de las explicaciones de como la realidad ha sido causada… creen que cuando metemos a Dios en la ecuación desaparece la necesidad o la realidad de las causas secundarias, y que cuando sacamos a Dios de la ecuación nada es ya explicable. Pero ambas ideas están equivocadas.

Si Dios ha causado la realidad con la capacidad de ser causal, es decir, de causar como realidad secundaria movimiento, entonces podemos aún sin Dios, explicar y trazar los acontecimientos que generan los fenómenos. Pero a su vez, al quitar a Dios y por los puros fenómenos no podemos explicar ni comprender lo que está fuera de la materialidad emergente de la realidad, el sentido, el porqué, la belleza, el amor, la libertad, la consciencia, la posibilidad siquiera de que de una eterna materia el hombre sea dotado de propiedades superiores, de que siquiera pueda existir una materia eterna y cíclica con leyes y orden caótico que pueda generar mentes y personas.

Si pensamos desde afuera todo, es claro y obvio que todo ha evolucionado desde algo inicial y que podemos trazar los procesos que causan los fenómenos que vemos… si esto no fuera así, la realidad no sería inteligible. Es decir, es claro que parte del afecto que siento por mi hijo puede ser explicado por la oxitocina que libera mi cuerpo, al final incluso en la teología Cristiana, somos seres materiales, sujetos a las leyes naturales.

Sin embargo, hay en la realidad un “plus” humano, algo que aunque se manifieste a través del cuerpo, se percibe ajeno a la constitución de la materia y al automatismo genético. No solo eso, sino que ese “plus” no solo nos hace SER diferentes, nos hace VER diferente.

La creación no sabe qué existe… miles de supernovas y galaxias colisionando y billones de células y genes reproduciéndose por automatismos… no saben que existen. La creación no tenía porque generar vida y la vida una vez liberada, no requería seguir evolucionando, los primeros organismos eran más exitosos que los hombres para replicarse… la vida no se ha hecho más fácil, sino más difícil y compleja.

Dios no evita el estudio científico, al contrario lo hace más fuerte. Cuando los primeros Judíos en el Génesis, usando moldes literarios comunes a la época de Babilonia, revelaron que Dios NO era parte de la creación, ni era los astros, ni era los animales, sino que estaba por fuera y por encima, entonces, cuando la creación dejo de ser sagrada, es que se puede tratar y estudiar como lo que es.

Pero no solo eso, los primeros científicos, embebidos de la cosmovisión y de las universidades Católicas se aventuraron a explorar el universo precisamente porque sí era una creación, tenía orden, sentido, dirección y era inteligible, era estudiable.

Todo el método científico seguirá descubriendo procesos y cadenas causales, pero jamás podrá develar porque hay algo en vez de nada, qué es lo que el hombre debe hacer, qué es el sentido, por qué somos lo que somos y hacemos lo que hacemos… repito, podrá crear teorías, por ejemplo, de la empatía, pero no puede por propio método, realmente responder ante el plus del hombre y la realidad, porque todas sus teorías se rompen y se han roto ante lo que somos. Jamás podrá responder las preguntas que verdaderamente nos importan. Es muy útil y apasionante, pero si es todo el lenguaje del hombre, el hombre se empobrece y se empequeñece, se auto-limita.

Claro que existe el temor del hombre a la superstición… es la eterna tentación de la idolatría y la superstición que acusa no solo al hombre que usa el lenguaje religioso y filosófico, sino también al que se auto-proclama racional y científico (cientificísta).

Pero si por temor a la superstición y al error, recortamos la realidad a unos cuantos datos limitados a un método y olvidamos el riquísimo lenguaje y experiencia de ser humanos, estamos viviendo y conversando a medias. Además, tenemos las herramientas racionales para comprender cuándo algo puede ser probable, y cuándo algo cae fuera de lo lógico, racional y entra en la superstición.

El tema no son las millones de causales que llevaron a que se construyera Hagia Sophia, es claro que con tiempo y recursos podemos revelar hacia atrás casi todas las causales que la pusieron ahí. El problema al que se enfrenta el hombre es que las causales no explican el plus de realidad de Hagia Sophia. Menos aún podrán explicar el valiosísimo don de la vida y la ardua tarea moral de ser, no terminan de explicar ni de convencer en cuanto a que ¿no vemos, como seres humanos un orden, un sentido y una dirección trascendental? Es claro que lo vemos, la creación de miles de religiones y pseudo-espiritualidades es producto de que vemos algo más allá… ¿Y eso que está más allá nos responderá? Como Católico, se que ha respondido…. ese plus de realidad que tiene el hombre y la creación, esa belleza, esa búsqueda de verdad y bien, no existe para que “mis genes egoístas” sigan usando las personas que amo a propagarse, sino porque cada ser humano es infinitamente superior a la suma de sus partes, ES y es persona… la realidad personal del ser humano trasciende y lo sabes y lo se.

Ahí es donde mi ciencia tiene sentido, en una búsqueda de verdad, de belleza, de encontrar las huellas de esa mente que ha creado la naturaleza en su propia lógica y libertad.

Si dominan el inglés, recomiendo ampliamente esta lista de reproducción del Instituto Tomísta:

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