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Estaba leyendo la historia de José Sánchez del Río, Santo y Mártir mexicano, quien por su intercesión Dios le concedió el milagro a Ximena Guadalupe1, una bebe dada ya por muerta, quién hoy asiste a la canonización del niño Santo. Historias de milagros hay millones, y pienso ¿y todas aquellas oraciones que no terminaron en lo buscado, las escuchó Dios?

Dios responde, siempre… la vida no es solo respirar y tener lo que uno quiere… la vida inicia desde el pensamiento de Dios y continúa en la eternidad. No es esta tierra mi último hogar, ni esta enfermedad mi último estado, ni esta vida mi último aliento. Las oraciones son respondidas sin importar si resultan en gozo o en llanto, porque de ese gozo saldrá un bien mayor y de ese llanto saldrá otro aún más grande. Todo en nuestra vida es un signo para aquellos que aman a Dios, para aquellos que Dios ama, para los que saben leer la vida con los ojos de la fe.

Un niño fue torturado por voluntad propia, por amar a Dios, y amando a Dios su sufrimiento se convierte en vida, en la de Ximena y en la de tantos que por su intercesión creerán, vivirán y se convertirán. De un mal tremendo de hace años brotan aguas de vida eterna… lo que sería una tragedia y un abandono de Dios, es la potencia de Dios, actuando a través y a pesar del mal.

Ximena pudo haber muerto, como la historia de aquella familia que perdió a su bebe de 3 meses2 y en vez de renegar de su fe, los impulsó a entregar todo a Dios y convertirse en una familia misionera… Dios, y su infinita creatividad y potencia lo convierte todo en vida, bondad y fortaleza…  no es fácil, la vida no es fácil; duele, se sufre, se viven tragedias, pero los que ven en ella los signos de Dios, los que saben que Dios está con nosotros, encuentran la fortaleza de entregar la vida completa a Él… que fue lo que hizo la madre de Ximena, entregar la vida de su hija a Dios y Dios respondió. No solo porque la niña haya vivido, hubiera podido responder de igual manera si no hubiera salvado su vida, su respuesta está siempre en su providencia que nos pide que confiemos en su verdadero poder… de que lo que sucede cuando se ama a Dios es parte de algo más grande que nuestros pocos pasos sobre esta tierra.

1 La historia de Ximena Guadalupe
2 La historia de la familia misionera