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Dicen algunos ateos que los Evangelios contienen “contradicciones”. Olvidan que cada uno de los Evangelios son una tradición apostólica acerca de Jesucristo. Son testimonios reales, de primera mano y no solo coinciden en los grandes sucesos, sino que se complementan y explican mutuamente hasta en lo más pequeños. 

Esta manera de complementarse se le llama “Coincidencias sin Diseño”, o lo que es lo mismo, coincidencias que no hubieran podido “diseñarse” con el objetivo de engañar, sino que son el resultado directo de estar ante relatos contados por testigos reales.

Algunos ejemplos los podemos ver en los relatos de esta Semana Santa:

DESTRUYAN ESTE TEMPLO:

“— Nosotros lo hemos oído afirmar: “Yo derribaré este Templo obra de manos humanas y en tres días construiré otro que no será obra humana”.
Mc 14,58

“Los que pasaban lo insultaban y, meneando la cabeza, decían: — ¡Eh, tú que derribas el Templo y vuelves a edificarlo en tres días: sálvate a ti mismo bajando de la cruz!”
Mc 15,29

Pero en ningún lugar del Evangelio de Marcos aparece que Jesús haya dicho tal afirmación. Tenemos que leer Juan para poder complementarlo:

“Al verlo, sus discípulos se acordaron de aquellas palabras de la Escritura: El celo por tu casa me consumirá. Los judíos, por su parte, lo increparon diciendo: — ¿Con qué señal nos demuestras que puedes hacer esto? Jesús les contestó: — Destruyan este Templo, y en tres días yo lo levantaré de nuevo.”
Jn ‭2,17-19‬

¿QUIÉN TE HA PEGADO?

“¿Qué les parece? Ellos contestaron: — ¡Que merece la muerte! Y se pusieron a escupirlo en la cara y a darle puñetazos mientras otros lo abofeteaban diciendo: — ¡Adivina, Mesías, quién te ha pegado!”
‭‭Mt‬ ‭26,66-68‬‬

¿Por qué Jesús tendría que adivinar quién le ha pegado? ¿Es que estaba ciego? Mateo no explica nada más, pero Lucas complementa el testimonio diciéndonos el motivo:

“Los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. Tapándole los ojos, le decían: — ¡Adivina quien te ha pegado!”
Lc‬ ‭22,63-64‬‬‬

EL REY SIN CULPA

“Comenzaron la acusación diciendo: — Hemos comprobado que este anda alborotando a nuestra nación. Se opone a que se pague el tributo al emperador y, además, afirma que es el rey Mesías. Pilato le preguntó: — ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le respondió: — Tú lo dices. Pilato dijo a los jefes de los sacerdotes y a todos los presentes: — No encuentro ningún motivo de condena en este hombre.”
‭‭Lc‬ ‭23,2-4‬

Espera, Jesús afirma ser el Rey de los Judíos al Procurador Romano ¿Y Pilato decide declarar “No encuentro ningún motivo de condena”?

No tiene sentido, acaba de afirmar y no negar ser el Rey de los Judíos, pero para un servidor de Roma el único Rey debe ser César.

Pero si leemos el Evangelio de Juan tenemos la otra parte de la historia, completando el testimonio, Jesús especifica su tipo de reinado:

“Entonces Pilato volvió a entrar en su palacio, mandó traer a Jesús y le preguntó: — ¿Eres tú el rey de los judíos? Contestó Jesús: — ¿Me haces esa pregunta por tu cuenta o te la han sugerido otros? Pilato replicó: — ¿Acaso soy yo judío? Son los de tu propia nación y los jefes de los sacerdotes los que te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho? Jesús respondió: — Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores habrían luchado para librarme de los judíos. Pero no, mi reino no es de este mundo. Pilato insistió: — Entonces, ¿eres rey? Jesús le respondió: — Soy rey, como tú dices. Y mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso nací y para eso vine al mundo. Todo el que ama la verdad escucha mi voz. Pilato repuso: — ¿Y qué es la verdad? Dicho esto, Pilato salió de nuevo y dijo a los judíos: — Yo no encuentro delito alguno en este hombre.”
‭‭Jn‬ ‭18,33-38‬

 

TESTIGOS

Estos son solo algunos ejemplos de como los Evangelios se complementan. Los primeros apóstoles grabaron diferentes detalles en su memoria y pusieron por escrito lo que habían visto, tocado y vivido, con la libertad de quienes están seguros de lo que cuentan, sin detenerse en los mismos detalles. Y es de estos testimonios donde salen aparentes contradicciones superficiales que no son mas que enfoques distintos, memorias distintas, pero que a su vez hacen emerger estos poderosos ejemplos de cómo los Evangelios se complementan sin querer, dejando hermosas pinceladas de todo aquello que vivieron cuando Dios caminaba entre ellos.

 

Lc 23,2-4

Jn 18,33-38