Quizá viviste un cursillo, un retiro o simplemente un taller que ha generado en ti el deseo de seguir a Cristo en la Iglesia que el fundó (Católica), quizá estés emocionado y esperanzado por construir un mundo mejor, pues entiendo que regresar a los brazos misericordiosos del Padre es INCREÍBLE. Sin embargo hay algunas cosas que debes saber para que no te des contra la pared y que no te desanimes en el laaaaaargo caminar de la fe… ¿te animas?
[av_dropcap1]1[/av_dropcap1]Quien cambió fuiste tú, no los demás
Quizá puedas haber decidido comenzar a cambiar muchas cosas en tu vida, sin embargo recuerda que tu familia, amigos, conocidos y el mundo en general es el mismo. La ventaja que ahora tienes es que caminas con la certeza de estar acompañado por Dios y ahora ves el mundo entero con otros ojos. Aprovecha eso para no desanimarte.
[av_dropcap1]2[/av_dropcap1]A veces es bueno un cambio de círculos sociales
Por lo mismo que quien ha cambiado eres tú y no los demás, a veces es conveniente cambiar de circulo de amigos cuando estos no te llevan a ser mejor persona y a alcanzar los ideales que ahora persigues. No se trata de cortar tajantemente tus amistades sino de saber tomar distancia ante aquellas que no te llevan a crecer en la meta que ahora sigues.
[av_dropcap1]3[/av_dropcap1]No es obligatorio ser perfecto de la noche a la mañana
De hecho es casi imposible, (digo casi porque realmente Dios lo puede hacer todo, pero solo unos pocos reciben esa gracia) pero si es obligatorio luchar todos los días por tratar de ser lo mas posible coherente con tu fe. El sentimiento de encontrarnos con Dios nos mueve a buscar la conversión, eso es muy bueno, pero recuerda que la conversión no se da usualmente de la noche a la mañana, es un proceso que te tomará toda la vida así que no te desanimes cuando veas que surge en ti el viejo tú, con sus defectos, manías, problemas de actitud, etc. no te preocupes, levántate y sigue trabajando en ser mejor.
[av_dropcap1]4[/av_dropcap1]Podrás sentirte tentado a dejar la Iglesia
Claro, estás cambiando de estilo de vida, quizá muchas cosas que antes hacías hoy te das cuenta de que ofenden gravemente a Dios, muchos al ver esto, prefieren alejarse de la Iglesia para “callar a su conciencia” y siguen con su estilo de vida de antes. También, dentro de la Iglesia hay personas que no viven de forma coherente con su fe, que eso no te desanime, Cristo nunca prometió que su Iglesia sería perfecta e irreprochable, al contrario, prometió que el trigo y la cizaña estarían mezclados hasta el fin de los tiempos (cf. Mt. 13, 24-52)
[av_dropcap1]5[/av_dropcap1]La fe no es un sentimiento
Habrá momentos en los que sientas “muy padre” y “muy bonito”, ¡disfrutalos! pero también ten en cuenta que habrá otros en los que no sientas nada o peor aun te sientas desolado. Recuerda que el amor a Dios no se mide por lo mucho o lo poco que sientes. No permitas que la flojera o el desánimo te priven de ir a misa, de orar o de leer un poco la Biblia. Sabrás que tu fe ha madurado cuando los sentimientos no sean tu motivación sino la convicción de amar a Dios simplemente por amarle aunque no sientas bonito.
[av_dropcap1]6[/av_dropcap1]Crece en la oración
En los retiros se te enseña un método para orar que es muy bueno, pero no te quedes ahí, crece en la oración, aprende formas nuevas. Recuerda ir poco a poco, no establezcas metas pesadas que después te puedan aburrir (esto en todo). Recuerdo que en mi proceso de conversión me propuse hacer 30 minutos de oración y rezar el rosario todos los días lo cual fue imposible hacer. El espíritu también se debe entrenar, comienza con 10 o 15 minutos al día, en la mañana y en la noche o rezando unos misterios del Rosario, después vas aumentando. Te recomiendo orar con la app de Rezando Voy (te dejo el link).
[av_dropcap1]7[/av_dropcap1]Quizá tu forma de pensar era distinta a la que la Iglesia te propone ahora
Como sabrás la Iglesia se opone a temas muy polémicos de hoy en día… Si ello no te agrada, investiga, pregunta porque, la Iglesia no toma decisiones arbitrarias y tampoco pretende sustituir tu cerebro. Decía uno de mis escritores favoritos G.K. Chesterton: “Para entrar en la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza”. Sin embargo ten siempre la certeza de que la Iglesia vela por el mayor bien del ser humano en su totalidad, no solo de sus sentimientos.
[av_dropcap1]8[/av_dropcap1]No hagas del grupo al que te integres un club social (si no te estás integrando a uno, búscalo, pues vivir la fe en comunidad es más sencillo)
A los grupos que te integras no debe de ser un lugar donde solamente asistes para hacer amigos o para después irte a cenar, a pasear o a buscar novio/a. Que tu grupo parroquial sea un encuentro con Dios y una oportunidad de crecer en la fe y de madurar espiritualmente.
[av_dropcap1]9[/av_dropcap1]Te tienes que formar
El primer mandamiento es amar al Señor con todo el corazón… ¡pero también con toda la inteligencia! Comienza a estudiar la Biblia (poco a poco), a leer el Catecismo de la Iglesia Católica (ahí está todo lo que creemos), busca vídeos en Youtube de predicadores católicos o toma un curso de Apologética, lo que sea que hagas para hacer crecer tu conocimiento de la fe que comienzas a practicar es bueno, pues mucha gente te va a preguntar y cuestionar y; es bueno poder dar razones de lo que creemos. Como te decía en el punto 6, proponte metas sencillas y reales.
[av_dropcap1]10[/av_dropcap1]Persevera, se constante
No te desanimes el proceso de conversión es lento, cae cuantas veces quieras pero siempre levántate. Para una tarea como la que haz empezado no dejes los sacramentos por lo menos la confesión y la comunión.
[av_dropcap1]11[/av_dropcap1]Habla de Cristo
Pero vívelo más de lo que lo predicas. Que en lo que haces, dices, compartes en tus redes sociales ¡incluso en lo que compras! se note que sigues a Jesús de Nazaret. Hay una frase buenísima que le atribuyen a Francisco de Asís: “prediquen el evangelio en todo tiempo y de ser necesario usen palabras” te reto a hacer vida esa frase.
[av_dropcap1]12[/av_dropcap1]Recuerda que eres católico en todas partes
La fe permea tu vida entera (o debería), a ti que estás comenzando a vivir la fe te exhorto, te ruego, te suplico… no seas católico solamente de ir a misa, el mundo necesita de ti y de tu ejemplo para saberse amado por Dios.
En general estoy de acuerdo con lo planteado. Solamente estoy algo en desacuerdo con el punto dos. Pienso que uno mismo no debe tomar la iniciativa de romper con amistades anteriores a la conversión, salvo en caso de gran incompatibilidad (que permanecer con ellos nos lleve a pecar gravemente). Apartarnos de ellos puede dar mal ejemplo y ser motivo de escándalo, pues puede ser interpretado como que nos creemos mejores que ellos, y eso no es así. Pienso que, por el contrario, puede convertirse en una gran oportunidad para ellos de cuestionarse acerca de la fe, pues nuestra conversión inevitablemente les hará plantearse preguntas.
En otro orden de cosas, me parece fundamental el hecho de predicar con el ejemplo, con la forma de vivir, más que con palabras. Las palabras sólo deberían usarse cuando se nos pregunta acerca de nuestra fe, no pasarse el día hablando de Dios, lo cual a muchos no creyentes les produce gran rechazo. Ya solamente nuestra manera de vivir va a contrastar enormemente con nuestro entorno, y será motivo suficiente para que los demás se cuestionen cosas. En este sentido, lo fundamental es mantenerse en guardia y procurar vivir en coerencia con lo que creemos (para no ser motivo de escándalo).
Un abrazo.
¡Saludos Jorge! Dices bien en tu comentario sobre el punto 2, la clave está en el «a veces»… no pretendo suplantar el entendimiento y mucho menos atentar contra la libertad de la persona, mi intención no es dar una orden sino invitar a la reflexión de este punto. Por ello además especifiqué que «No se trata de cortar tajantemente tus amistades sino de saber tomar distancia ante aquellas que no te llevan a crecer en la meta que ahora sigues (santidad).» Pues claro que como cristianos estamos llamados a estar en el mundo sin ser del mundo… además de que nuestra tarea es llevar a Cristo a TODOS… no a los buenitos solamente. Gracias por tus comentarios, te mando un abrazo y mi oración.
Grscias es una gran bendicion recordar lo poco q sabia hoy reconosco mi pequeñez ya habia decido salirme de mi servicio gracias y muchas bendiciones y sl padre pedro q se acordo de esta humilde serbidora mil grsciss
Saludos Araceli, gracias por tomarte el tiempo de leer el artículo. Que todo sea para mayor gloria de aquel que nos ha llamado.